En el marco del Clásico Costeño, entre Unión y Junior, el estadio Sierra Nevada fue testigo de un emotivo inicio que celebró la identidad cultural de la región. Dos miembros de la comunidad Arhuaca de la Sierra Nevada fueron los encargados de entonar el himno nacional, creando un ambiente cargado de orgullo y tradición.

Con acordeón en el pecho una mujer le dió ritmo al himno, mientras que su compañero lo entonó a todo pulmón, acompañado de los asistentes en el escenario del sector de bureche complementaron esta ceremonia, donde la presencia de nuestros pueblos indígenas rindió homenaje a las raíces que nos unen. Este evento no solo destacó la pasión por el fútbol, sino también la riqueza cultural que caracteriza a nuestra región magdalenense.

El encuentro resaltó que el fútbol es más que un deporte; es una plataforma para celebrar nuestras costumbres y fortalecer los lazos comunitarios y NO para enfrentamientos entre barras. La energía del público se sintió en cada rincón, recordando que nuestra historia y tradiciones son lo que nos hacen únicos.

Este Clásico Costeño fue un verdadero tributo a nuestra herencia cultural y un recordatorio de que, aunque competimos en el campo, siempre hay espacio para honrar nuestras raíces.

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